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Establecer unos buenos hábitos de higiene bucal desde pequeños es el primer paso para tener unos dientes sanos toda la vida.

El cepillado de los primeros dientes

Tan pronto como salga el primer diente se debe comenzar con el cepillado. Use un cepillo infantil de textura suave, con cabezal pequeño,  y a partir de los dos años, una pasta dental con flúor. Aplique una cantidad de pasta equivalente al tamaño de la uña meñique del niño.

Los niños precisan ayuda de un adulto para cepillarse los dientes hasta los 10 años de edad. Un niño pequeño no posee la habilidad manual para cepillarse correctamente, y no es consciente de las consecuencias que acarrea una mala higiene bucal. Un niño mayor puede cepillarse los dientes bajo la supervisión de un adulto.

El cepillado siempre se hará antes de irse a dormir

Deja descansar la dentadura entre comidas. Si toma algún medicamento por vía oral haz que se enjuague con agua después de dárselo. Una buena regla es irse siempre a la cama con los dientes limpios. Si se duerme antes de cepillarse los dientes puedes cepillárselos cuando esté durmiendo.

  • Elige un cepillo con cabezal pequeño y con filamentos suaves. El mango debe ajustarse tanto a su pequeña mano como a la tuya, para que puedas ayudarle.
  • Pon una pequeña cantidad de dentífrico con flúor (del tamaño de la uña del dedo meñique del niño) en el cepillo.
  • Cepilla los laterales de la lengua, de las mejillas y la superficie de masticado. Cepilla siempre en el mismo orden para asegurarte de que no se te olvida ningún diente.
  • Sitúa los filamentos del cepillo en los dientes y en la línea de la encía en un ángulo de 45º. Cepilla ejerciendo una ligera presión con pequeños movimientos circulares. Es importante limpiar la línea de las encías, ya que aquí las bacterias se acumulan fácilmente.

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